miércoles, 22 de noviembre de 2017

'Cinco señas de identidad de la EOI Murcia' Paco Palazón


Cinco señas de identidad de la EOI de Murcia


PACO PALÁZÓN

            He sido alumno de la EOI de Murcia muchos años. Terminé en ella 4º y 5º de Francés y 4º y 5º de Inglés cuando los estudios comprendían cinco años. Comencé el italiano el año 2007 y terminé seis años más tarde. Pero me doy cuenta de que no me he presentado ni he presentado este escrito. Vuelvo a empezar.

            Me llamo Francisco Palazón Romero y soy natural de Mula (Murcia). Soy maestro de profesión y psicoterapeuta de segunda profesión. Ahora, después de 36 años de trabajo, estoy jubilado. Giusi, mi profesora de italiano de hace unos pocos años, me ha pedido un escrito, mi testimonio, para el blog de la Escuela. Y aquí estoy para hablar de mis compañeros, de mis profesores, de mis vivencias en los años en los que he tenido la inmensa suerte de ser alumno de la EOI de Murcia. Me gustaría hablar de ellos que son los verdaderamente importantes. Tendréis que disculparme la subjetividad pero es lo que tiene, como riesgo y como desafío, el tomar la palabra.

            En torno a la mesa nos encontramos Maribel, Sandra, Leo, Alicia, José Luis y yo. Estamos juntos porque muchos azares se han puesto de acuerdo para que así suceda. Nuestras trayectorias de trabajo o de familia no nos llevaban al encuentro y, sin embargo… La primera marca importante de la EOI de Murcia es que genera encuentros humanos de gran profundidad que entrelazan las personas en algo que va más allá de la lengua que estudian, en la amistad y la complicidad. La EOI de Murcia funciona creando grupos de encuentro en los que las distintas personalidades se atraen, se repelen, se dejan arrastrar por fuerzas centrípetas las más veces y centrífugas de vez en cuando. El grupo de “los de italiano” se ve dentro y fuera de clase y se mira en los ojos de los otros para reconocer lo que nos une: el cine, la comida, el yoga, la música, las cañas y los viajes… y lo que nos separa: la edad, el trabajo, el lugar de residencia, la familia y las obligaciones cotidianas…

            ¿Qué podría decir de cada uno de mis compañeros de mesa de trabajo? Maribel se deja atravesar por la vida del italiano en la práctica y no sólo en la teoría. Sandra escribe un cuento o un manifiesto feminista en italiano con palabras mágicas que salen de su chistera. Leo nos aporta su pasado y su presente desde Italia y desde su increíble hija. Alicia es puro estallido verbal de alegría y risas. José Luis es la tranquilidad y la estabilidad del grupo. Y yo sé que estoy de paso camino a Roma.

            Mientras nosotros nos instalamos en el relato de ser alumnos (entre paréntesis tengo que confesar que fuimos alumnos como dios manda, es decir, folloneros, habladores, juguetones, con chuches y caramelos encima de la mesa… y respetuosos con nuestros profesores, aplicados, obedientes en las tareas, participativos, casi, casi, empollones), nuestros tres profesores nos invitaron a “vivir en la cultura italiana”.

            Margarita nos lleva de la mano a Florencia. Y a Le Marche. Y a Venecia. Y a las entrañas de la cultura y la lengua italiana. Margarita representa otra gran marca de la EOI de Murcia. Sus profesores no se contentan con enseñarnos una lengua, sino que nos bañan en una cultura. Margarita nos lleva a la ópera en italiano y nos transporta con sus palabras a otro mundo que ella conoce muy bien y que transmite con el cariño de lo que se ha aprendido de niña y en familia. Junto a Margarita hemos escuchado el viento entre las colinas de Urbino, hemos degustado el sabor de la pasta en Florencia, hemos sentido batir el corazón en lo alto de la torre inclinada de Pisa. Fui alumno de Margarita en primero y segundo. Me sorprendió cómo su ritmo pausado ganaba mi voluntad y me hacía querer cada día más la lengua y la cultura italiana.

            En tercero llegó Giusi. Y con ella llegó el escándalo. Nos hizo trabajar en grupos para preparar presentaciones en clase y para afrontar (o arrostrar que es una palabra que me gusta mucho) al resto de la clase en debates sobre lo divino (monarquía o república) y lo humano (infidelidades conyugales) en italiano. Todos caímos en la trampa y buscamos las palabras y las estructuras gramaticales para defender nuestras posiciones. Convencer o vencer. La oratoria en italiano y, además, lecturas y más lecturas, moodle y charlas al atardecer de vuelta a casa. Pero Giusi, ¿de dónde sacas tanto tiempo para dedicarlo a tus alumnos? Margarita nos baña en la cultura italiana y Giusi nos acompaña en la vida cotidiana en italiano. La tercera marca de la EOI de Murcia es el uso de metodologías vibrantes, participativas, dinámicas, que te envuelven y te implican, que te hacen sentir que lo que aprendes va más allá de los textos y toca la experiencia vital.

            En cuarto y en sexto entró en escena Fernando. Con él ya se da por descontado que sabemos manejarnos en italiano y ahora nos toca pulir. Fernando nos plantea un desafío: ¿seremos capaces de organizar los temas que nos sugiere (la mafia, la historia, la política, la noticia) y plantear los debates en clase? Fernando es el facilitador y el impulsor para que el conocimiento crezca y se instale, se solidifique y se bruña. Fernando nos acompaña en los viajes con Margarita, nos adentra en las tecnologías de la comunicación y la información con Giusi y se convierte en nuestra referencia del idioma como herramienta clara y precisa. La cuarta marca de la EOI de Murcia es presentar las lenguas como presenta la Real Academia Española la nuestra: limpia, fija y con esplendor.

            Las lectoras, no podemos olvidar a las lectoras. Laura Favaretto, que vivió con nosotros la experiencia de enseñar y de aprender, de convivir y de mostrar su tierra con cariño. Agnese, que lloraba al despedirse. Mena que jugó con nosotros los juegos de las palabras y los gestos. Serena, tímida y encantadora que nos propuso temas preciosos y nos corrigió con cariño. La quinta marca de la EOI de Murcia es la acogida y la transversalidad. Las lectoras y los lectores que pasaron y siguen pasando por ella se sintieron acogidos y dieron lo mejor de ellas mismas a todos.

            Resumiendo: la experiencia que he tenido a través de los hombres y mujeres que he encontrado en la EOI de Murcia me lleva a afirmar que existen cinco marcas distintivas o señas de identidad en esta institución tan querida:

1.    Genera encuentros humanos de gran profundidad.
2.    Sus profesores no se contentan con enseñarnos una lengua sino que nos bañan en una cultura.
3.    Sus metodologías son vibrantes, participativas y dinámicas.
4.    Presenta las lenguas como herramientas precisas, pulidas, espléndidas.
5.    Es un lugar de acogida y de cruce de culturas.




En Mula, a 21 de noviembre de 2017

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